En una hermosa y bella mañana, se encontraban tres queridas y tiernas cerditas. Eran hermanas. Habían quedado huérfanas y sin nadie quien viera por ellas. Vivian en medio del bosque. Las tres cerditas eran muy amistosas. Les gustaba compartir mucho, con el resto de sus amiguitos. Ellos eran como su familia. Las tres cerditas con quien más compartían con la coneja y dos hermosos sapitos. Pasaban mucho tiempo con ellos y por eso tenían una gran amistad.
Cierto día ellas quisieron que cada una tuviera su propio hogar. Para ser responsables por si solas. La cerdita menor era la más responsable, y pensaba más que sus otras hermanas las distraídas. La mayor no le gustaba hacer nada. Cada una comenzó a hacer la casa donde iban a vivir.
La cerdita menor comenzó a elaborar su casita con materiales apropiados, la cerdita mediana la hizo de un material no adecuado para una casa. La mayor si que cierto, la hizo de un material que no iba a servir para nada. Las cerditas construyeron sus casitas una a una.
Cierto día, paso un gran lobo feroz a penas miro a las tres cerditas las imagino en su gran cerebro como una gran cena. Para el lobo no dudar de que ellas fueran el plato preferido, comenzó a casar una a una de las cerditas, entonces empezó por la más frágil, con un solo soplo del lobo tumbo su casa. La cerdita corrió donde su hermana mediana pensó que ahí, no podrían tumbarla. El lobo llego a la casita de la cerdita mediana y también la acabo con dos soplos. Las cerditas salieron corriendo para la casa de la cerdita menor. El lobo pensó que correría con la misma suerte. Pero se equivoco. La casa de la cerdita menor fue la más fuerte y no la pudo tumbar. Las tres cerditas quedaron muy complacidas. El lobo no se pudo salir con las de el y quedo muy aburrido. Y se fue a buscar a otro lado su cena.
Realizado Por: Marly Andrea Sánchez cárdenas , Diana chicaíza
Realizado Por: Marly Andrea Sánchez cárdenas , Diana chicaíza
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